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Cartas que nadie leyó y acabaron con la vida de 2 mamás y 6 niños

En los últimos tres meses, seis menores fueron asesinados de manera violenta por sus madres. Aunque los hechos parecen escenas de películas de terror, son reales y pasaron en nuestro entorno social. La interrogante es ¿Qué provocó que estas mujeres decidan acabar con la vida de sus hijos? ¿Se podía haber evitado los desenlaces fatales que marcaron los meses de agosto y octubre en Cochabamba? GENTE fue en busca de respuestas.

 

ANTECEDENTES

El 14 de agosto, una vivienda situada en el barrio Lomas de Higuerani, zona de Sivingani, al sur de la ciudad de Cochabamba, fue escenario de un tripe infanticidio e intento de suicidio. La autora del macabro hecho fue Maribel Mamani, de 25 años de edad, que debido a un problema conyugal decidió estrangular a sus tres hijos de 1, 4 y 10 años (dos varones y una mujer), y posteriormente ingirió raticida con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, fue salvada por su pareja. Ahora la joven madre está recluida en la cárcel San Sebastián Mujeres.

Mientras, el 22 de octubre, Margarita Tola, de 28 años de edad, envenenó a sus tres hijos de 1, 4 y 7 años y posteriormente se ahorcó en una de las habitaciones contiguas donde estaban los cadáveres de sus niños. El triple infanticidio seguido de suicidio se registró en la comunidad de San Lorenzo, municipio de San Benito.

 

LAS CARTAS DE DOLOR

Margarita, en más de 10 cartas, plasmó el tormento que vivía y el arrepentimiento que sentía por las decisiones equivocas que tomó al juntarse con Eduvic Huanca Matías, de 25 años de edad. 

“Hoy, me siento tan mal, no puedo dormir recordando todo lo que decía él (Eduvic Huanca Matías), prometiendo cosas que no cumplió. Para él, todo parecía estar bien y se iba beber con sus amigos, cuando le llamaba me trataba mal, me decía que le ponía en vergüenza con sus amigos”, señala el escrito. 

En otra de las musivas expresa el amor que sentía por el hombre que según ella dejó de quererla. 

“Mi amor era grande por ti, te perdoné muchas cosas. Tus insultos, cuando me botabas de la casa y tus mentiras; incluso, me engañaste muchas veces y te perdoné (…). Eduvic, tus palabras me hieren, ahora ya no te daré asco”, señala otro párrafo de la carta.

“Mejor me voy de esta vida, me voy con mis hijos, no quiero que sufran, ni lloren. No reclames nada mamá, solo mi cama y mi ropa, todo el resto es de él (…). Sé que no fui la mejor hija, siempre les hice renegar, pero ya no habrá más eso. Papá, tu nunca me diste una palabra de aliento, nunca me decías cómo estaba, yo siempre te llamaba, pero tú no, ahora estaré mejor. Celia, mamita, perdóname, no puedo con mi dolor, mis hijos lloran junto conmigo (…), larga ha sido mi mala suerte, me enamoré de un hombre que no me quiere y prefiere estar con sus padres y hermanos (…). No hagas nada mamá, la culpa es mía, por volver con él, pero ahora acabo con los problemas, te amo mamá, los amo mucho a mis hermanos y a mi papá, adiós”, fue su despedida.

 

POLICÍA

Para el comandante regional del Valle Alto, Vladimir Pérez, los problemas que se fueron suscitando en el entorno familiar y la disolución del vínculo matrimonial, provocaron el fatal desenlace.

La autoridad policial recomendó a las familias que detecten una cierta depresión en sus allegados, acudan al diálogo y a buscar ayuda profesional de un psicólogo.

 

PSICÓLOGA

Para la magister y psicóloga, Claudia Mariela Delgadillo Cossío, es posible identificar cuando un miembro de la familia está pasando por una depresión crónica, para brindarle ayuda profesional.

“En nuestra cultura, normalmente decimos que una persona está triste o es rara y no acostumbramos a conversar y afrontar los problemas, ni las frustraciones”, señaló la profesional.

Aseguró que muchas personas debido a ciertos problemas recurren al alcohol y solo cuando están bajo los efectos de la bebida, se acercan a sus hijos para demostrarles afecto o para decirles cosas sinceras a la familia. Ante la detección de este problema, es necesario buscar ayuda.

Por otra parte, sostuvo que la desensibilización que existe en la sociedad es otro problema. “Cuando un vecino golpea cada día a su hijo, nadie hace nada, no hay esa actitud comprometida con la sociedad”, acotó.

Delgadillo recomendó a la ciudadanía estar alerta a ciertos comportamientos de los cercanos y buscar ayuda si el caso amerita, ya que no existe en el país una política de salud mental.

“Se debe buscar el desarrollo personal y la madurez afectiva en ambos, las parejas deben ir a terapias, no solo el agresor o la victimas en temas de violencia. Por otro lado, debe haber el aprendizaje práctico de roles, los hombres al igual que sus esposas deber saber cómo cuidar a sus hijos y realizar las cosas de la casa”, concluyó a modo de recomendación.

 

NO SE APLICA LA LEY 348

Para July Valdivia, de ‘Ni una menos Bolivia’ y miembro de la ‘Red contra la violencia Cochabamba’, los fatales desenlaces que se registran en el departamento y el país se debe a que muchas mujeres están sometidas a hechos de violencia durante años y las autoridades no están aplicando como corresponde la Ley 348. Además, dio a conocer que muchas víctimas desisten de sus denuncias por temas económicos y la lentitud con la que avanzan los procesos.

“Muchas veces las denuncias no son tomadas en cuenta y como las víctimas son dependientes económicamente del marido, son sometidas a hechos de violencia. Lamentablemente, no se invierte en la lucha contra la violencia y en educación”, expresó Valdivia.

 

1 DATO

Se debe trabajar en políticas de salud mental y en mayor apoyo a víctimas de violencias.

 

1 DATO

Es necesario el diálogo. Una simple palabra de cariño y apoyo puede evitar una tragedia.

FUENTE : GENTE

Publicado el 12/11/2018

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