Un informe elaborado por nueve organizaciones de derechos humanos ha revelado que las fronteras exteriores de la Unión Europea registraron más de 120.000 expulsiones forzosas de migrantes en 2024. Estas expulsiones se llevaron a cabo sin permitir que los migrantes presenten sus solicitudes de asilo, un derecho consagrado en la legislación internacional y comunitaria.

Bulgaria fue el país que más devoluciones en caliente registró, con 52.534 expulsiones hacia Turquía. Otros países de la UE también se incluyen en la lista, como Grecia, Polonia, Hungría y Letonia, mientras que Libia y Líbano también fueron mencionados debido a las interceptaciones que realizaron con el apoyo de Italia y la UE. El informe denuncia que Frontex, la agencia fronteriza de la UE, ha permanecido alejada de las zonas donde se realizan estas expulsiones, lo que limita su capacidad para garantizar el respeto de los derechos.

El incremento de las devoluciones en caliente en los últimos años ha llevado a la UE a enfrentar duras críticas y demandas judiciales. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha comenzado a examinar casos relacionados con estas prácticas, como el de Polonia, Letonia y Lituania por sus devoluciones a Bielorrusia. Las ONG han expresado su preocupación por la deriva de las políticas migratorias, subrayando que los migrantes, independientemente de las circunstancias, tienen derecho a acceder al procedimiento de asilo y no deben ser objeto.