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RIBERALTA TEME ESTAR ARRUINADA COMO TRINIDAD

La Paz, 30 de mayo de 2020 (radiolider97.bo).-  Un sol rojizo-naranja se asoma en el horizonte, por detrás de la selva espesa, desde donde los rayos llegan a reflejarse en las aguas profundas de los ríos Beni y Madre de Dios. Es uno de los acostumbrados amaneceres de Riberalta, el segundo municipio más poblado del departamento del Beni, en cuyas calles desiertas estos días reina con más fuerza el miedo al Covid–19, más aún al conocerse que este domingo se dará por finalizado su «encapsulamiento», media que podría disparar los casos positivos y seguir la terrible ruta de su municipio vecino, Trinidad, convertido ahora en un lecho de muerte y desolación.

De hecho, el Ministerio de Salud calificó este viernes a Riberalta como uno de los 62 municipios de Bolivia con «riesgo alto», junto con Guayaramerín y San Ignacio de Moxos, del mismo departamento, debido al incremento de casos positivos.

Esta alarmante clasificación ocurre aun cuando «la población acató disciplinadamente el encapsulamiento todos estos días», según Edgar Lizarazu Shiosaki, uno de los preocupados pobladores riberalteños, lo cual desmoraliza y a la vez acrecienta más el temor a los contagios. Hasta el viernes se registraron siete casos positivos. El temor también viene de que en el municipio vecino de Guayará están confirmando casos de Covid–19, pero sin revelar cifras exactas. 

Durante los últimos siete días, por un acuerdo entre las instituciones departamentales y municipales con la población, sólo se veía por las calles desiertas a soldados y policías patrullar. O alguna vez a uno que otro vecino salir en su motocicleta a abastecerse de pan o de los productos básicos para su subsistencia. Después, las calles siempre estuvieron desoladas, como las de un pueblo fantasma.

Los mercados prácticamente permanecieron cerrados, pero algunos vecinos, dada su necesidad de recaudar algún dinero o por solidaridad para proveer a los demás de alimentos, prepararon alguna comida, algún horneado o dispusieron los tradicionales refrescos con frutos del lugar, colgaron su letrero en la puerta y vendieron cuanto les fue posible, calmando de algún modo los requerimientos de sus vecinos.

Decisión

No obstante, a pocas horas del plazo final para deshacer el encapsulamiento, una interrogante ronda en la mente afligida de los riberalteños ¿Será apropiado desencapsularse?

La pregunta traslada inmediatamente a compararse con Trinidad, la capital del Beni, y cotejar cómo está su sistema de salud.

La respuesta no es tan difícil. Riberalta, con aproximadamente 99.070 habitantes, según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) al 2018, posee un hospital antiguo cuya infraestructura ha sido rehabilitada dada la pandemia; aparte de eso, nada más. Existe un hospital de tercer nivel construido por el anterior gobierno, pero permanece allí, sin funcionar, vacío, sin equipos ni personal sanitario. Está también un hospital de la Caja Nacional de Salud. Es el único que funciona, pero carece de equipo y de profesionales especializados.

«Este hospital solo tiene una ambulancia. Con decir que cuando se requiere usar esta ambulancia, el chofer tiene que buscar a una u otra persona para que le ayuden a cargar al paciente», describe Lizarazu.

Y también hay un hospital Materno Infantil, pero en similares o peores condiciones que los anteriores: falto de insumos, equipos y personal médico.

Con 125 años de creación, Riberalta es la capital de la provincia Vaca Díez y el segundo municipio más poblado del Beni. La principal actividad económica es el comercio, transporte y almacenes. Del total ocupacional, 12.432 personas trabajan por cuenta propia. Todos, sin excepción alguna, aguardan a ver qué sucederá este domingo.

Miedo

El temor de los riberalteños aumentó este viernes cuando el Ministerio de Salud informó que de 48 municipios en el país con calificación «riesgo medio» subió a 62 con calificativo «alto riesgo». Entre éstos, Riberalta. El mismo reporte da cuenta que hay 164 municipios catalogados con «riesgo medio» y 113 con «riesgo moderado».

La situación ha conllevado a que muchos de los habitantes, sobre todo personas mayores, apegados a sus tradiciones, retomen el uso de remedios caseros, sustentados en que así combatieron hace dos décadas la malaria o paludismo. Hay otros, sin embargo, que están apelando a tomar, en las mañanas, limonada caliente con aspirineta o aspirina, según Edgar Lizarazu.

Como sea, este domingo se reúnen autoridades y representantes de la población para decidir si se rompe el encapsulamiento o no. Entretanto, las terribles imágenes de lo que acontece en Trinidad mantiene estas últimas horas las calles de Riberalta totalmente desoladas, lejos de ser la bulliciosa «Capital amazónica de Bolivia», a la espera del ultimátum.

FUENTE: LOS TIEMPOS

Publicado el 30/05/2020

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