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El Banco Mundial está preocupado por el nivel de endeudamiento de los países en desarrollo

Debido a la fuerte subida de los tipos de interés, la deuda de los países más pobres se dispara y amenaza con hundirlos, advierte la institución con sede en Washington.

Desde hace medio siglo, el Banco Mundial publica cada año un informe sobre la deuda mundial. Las conclusiones de su informe 2023 son alarmantes: «Para los países más pobres, la deuda está a punto de convertirse en una carga paralizante», escribe Indermit Gill, economista jefe de la institución. De las 214 páginas de este árido informe se desprende que los países en desarrollo están al borde de la crisis, estrangulados por una deuda que pesa cada vez más sobre sus presupuestos. Para reembolsar lo que deben a prestatarios privados, bancos, otros Estados (como China o Estados Unidos, por ejemplo), o incluso instituciones como el FMI, estos países pobres se ven obligados a «desviar recursos que antes se utilizaban para financiar la sanidad, los hospitales, la educación o la transición ecológica», se preocupa el Banco Mundial, viendo en ello un claro freno al desarrollo.

El fenómeno no es en absoluto anecdótico: «En los últimos tres años, 18 países han dejado de pagar su deuda soberana, más que en las dos décadas anteriores», señala Indermit Gill. Los países africanos están especialmente preocupados: «mientras que el continente tenía el nivel más bajo de deuda pública en 2010, con un 31,9% del PIB de media, África tendrá ahora el más alto en 2023, con un 62,5% del PIB», escribe Global Sovereign Advisory (GSA) en un informe publicado el jueves 14 de diciembre.  Cinco de las diez economías emergentes con mayor ratio deuda/PIB en 2023 están en África: Zimbabue, Egipto, Mozambique, Ghana y Angola. Este endeudamiento se ha visto favorecido por un periodo de bajos tipos de interés y abundante liquidez.

Dificultades de refinanciación

La repentina subida de los tipos de interés, decidida por los bancos centrales para frenar la inflación que siguió a la pandemia, la guerra de Ucrania y el encarecimiento de las materias primas y los productos alimentarios, lo cambió todo. «En el espacio de una década, los tipos de interés en los 75 países más pobres del mundo se han multiplicado por cuatro», afirma el Banco Mundial. Primera consecuencia: devolver un préstamo es ahora más caro. Pero estos países también tienen cada vez más dificultades para endeudarse en los mercados, para acceder a nuevas financiaciones que a veces podrían utilizarse – en parte – para reembolsar préstamos anteriores. Un país que había pedido prestado durante doce años podía, por ejemplo, pedir un nuevo préstamo unos años más tarde por treinta años en condiciones más ventajosas porque su situación financiera había mejorado. Un mecanismo que ahora se ha trabado.

En la coyuntura actual, los bancos ya no están dispuestos a prestar, y menos aún a los países con dificultades financieras. El aumento de los tipos de interés, decidido principalmente por los bancos centrales de los países occidentales, también ha hecho más atractivos los bonos del Tesoro emitidos por países europeos o por Estados Unidos. Para un inversor privado, se ha vuelto más rentable prestar dinero a Alemania, Japón o Canadá, por ejemplo, sin dejar de ser menos arriesgado que hacer lo mismo con un país en desarrollo. Algunos de estos países, como Zambia y Ghana, aplastados por su deuda, han incurrido en impagos en los últimos años.

443.000 millones de dólares dedicados a la deuda en 2022

Si sumamos todo lo que los países en desarrollo dedicarán al servicio de la deuda (es decir, a devolver sus préstamos y pagar intereses) en 2022, obtenemos 443.500 millones de dólares. Una cifra récord, según el Banco Mundial. En vísperas de la publicación de este informe, en Dubái, los Estados reunidos en la COP28 fijaron una estimación de las necesidades financieras que permitirán a esos mismos países en desarrollo adaptarse al calentamiento climático: 300.000 millones de dólares al año. Si mañana elimináramos la deuda de los países en desarrollo con un simple chasquido de dedos, liberaríamos una vez y media esa cantidad.

Obviamente, esta no es una de las recomendaciones del Banco Mundial, a pesar de que muchas ONG llevan mucho tiempo pidiendo la condonación de la deuda de los países más pobres, pero el Banco Mundial pide una acción concertada de los gobiernos y las instituciones financieras para reestructurar la deuda de los países emergentes, sobre todo de los más pobres. Hay que actuar rápido: el 60% de los países de renta baja están al borde del colapso.

 

Fuente: RFI

Publicado el 14/12/2023

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