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Juego de Tronos: el trono de la televisión ya es suyo

'Juego de tronos' impuso su ley como se esperaba e hizo historia de la televisión americana. Con 60 capítulos a sus espaldas y seis temporadas en el zurrón, la creación de David Benioff y D.B. Weiss tuvo otra noche sonada en una entrega de premios Emmy con 12 estatuillas más, lo que la sitúa por delante de las 37 de 'Frasier' con un total de 38 en la clasificación histórica.

En esa cascada de récords solo faltó el haber superado los 12 del año pasado. Lo tuvo en su mano con 23 nominaciones de inicio y nueve menciones en la gala de la semana pasada de los galardones de carácter técnico, pero su reparto no contribuyó como se esperaba en las categorías individuales.

Lo importante, sin embargo, es que se pudo llevar el premio como mejor serie de drama por seguro año consecutivo, por delante de 'Downton Abbey', 'Better Call Saul', 'Homeland', 'House of Cards', 'Mr. Robot' y 'The Americans'.

También fue una noche importante para 'Veep', que repitió como mejor serie cómica, destacando el protagonismo de Julia Louis-Dreyfus en el papel principal.Se lo llevó por quinta ocasión consecutiva por 'Veep', un récord, y lo hizo burlándose de la clase política, emocionándose al recordar la muerte de su padre el pasado viernes, e igualando a Allison Janney en la carrera de los Emmys con siete premios cada una.

Asimismo brilló 'Transparent' y la comunidad transgénero. Jeffrey Tambor se hizo con el premio como mejor actor de comedia y Jill Soloway fue galardonada por su trabajo en el capítulo 'Man on the Land' como directora, con un discurso poderoso sobre igualdad y los derechos de la comunidad gay. Por cierto, que generó titulares al llamar "monstruo peligroso" a Donald Trump entre cajas y compararlo con Adolf Hitler.

La guerra en la categoría de series de carácter limitado la ganó claramente 'The People vs. O.J. Simpson: American Crime Story', que partía con 22 nominaciones y acabó la velada con 9 en total, sumando los cuatro que se llevó la semana pasada durante la entrega de los galardones de corte técnico.

Suyo fue el premio de mejor serie, además del Emmy para Sarah Paulson como mejor actriz en esa categoría, Courtney B. Vance como actor, Sterling K. Brown como mejor actor secundario y la distinción como mejor guión, un premio cantado puesto que partía con tres nominaciones en esa categoría.

En cuestiones de interpretación, Rami Malek hizo valer la popularidad de 'Mr. Robot' con el Emmy al mejor actor en categoría de drama, superando a pesos pesados como Bob Odenkirk ('Better Call Saul') y Kevin Spacey ('House of Cards'). Tatiana Maslany , por su parte, también se opuso a grandes talentos con su trabajo en 'Orphan Black', explicando que es una serie de la que está orgullosa por darle protagonismo a las mujeres.

Maggie Smith fue la sorpresa agradable de la noche al llevarse el galardón a la mejor actriz secundaria por su trabajo en 'Downton Abbey' y Ben Mendelsohn hizo lo propio por su trabajo en 'Bloodline'.

El primer premio de la noche fue para un histórico como Louie Anderson, viejo conocido de la gran pantalla con papeles secundarios como el de 'El príncipe de Zamunda'. Se hizo con el Emmy al mejor secundario por un papel cómico por 'Baskets'.

Todo ello presentado por el comediante Jimmy Kimmel, que recurrió a viejos clichés como repartir comida entre la audiencia y hacer un montaje de vídeo con algunos de los protagonistas de la gala para romper el hielo al comienzo. Nada nuevo bajo el sol.

FUENTE: EL MUNDO

http://www.elmundo.es/

Publicado el 19/09/2016

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