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Secretaria departamental de Derechos de Madre Tierra denuncia falta de control de agroquímicos en fronteraa

La Paz 1 de junio 2017 (Radio Líder 97.0).- La Secretaria Departamental de los Derechos de La Madre Tierra, María Jenny Calcina, denunció que la falta de control fronterizo estaría permitiendo el ingreso de agroquímicos organofosforados (pesticidas, plaguicidas, herbicidas) altamente contaminantes que podrían ocasionar afectaciones a los riñones, problemas gástricos, alergias, cáncer y hasta la muerte.

Calcina remarcó que este tipo de productos están categorizados por colores para su uso, que no son tomados en cuenta por falta de información. “El verde es el menos contaminante, el amarillo es un término medio, mientras que el rojo es altamente tóxico”, puntualizó.

En el área rural del departamento de La Paz los casos por intoxicación por plaguicidas u otros componentes se dan en mayor número, “lo cual se pudo evidenciar en las visitas desarrolladas a algunos municipios y el uso de agroquímicos prohibidos a nivel internacional como el Tamarón y Folidol”, aseguró la autoridad.

Dichos productos continúan siendo comercializados, sobre todo en ferias, porque no existe un control real pese a la prohibición internacional existente, que además traspasan las fronteras como contrabando. No existe una política real de control de las fronteras para el ingreso de productos certificados no se lo está haciendo lo que se constituye un riesgo para la salud de la población, dependiendo del componente que tienen.

“También hace falta una socialización sobre el uso adecuado de estos productos, por ejemplo: como manipularlos,  como almacenarlo (aislarlo); evitar el contacto con alimentos o utensilios que puedan contaminarse, el tipo de protección y recaudos que se deben seguir para su uso y manipulación (usar guantes, botas, lentes, barbijos industriales), y las condiciones climatológicas y horarios de uso”, remarcó Calcina.

La importación, comercialización y uso de plaguicidas como Tamarón, folidol, endosulfán y monocrotophos que se utilizan en la agricultura, fueron prohibidos en 127 países, debido a los riesgos que representan para la salud de la población. 

De acuerdo a la clasificación de los organofosforados: el folidol y tamarón se utilizan para matar insectos en la papa, madera y otros; son muy utilizado por los agricultores, sin embargo son muy tóxicos, ya que funcionan tres veces más que un raticida, por tanto son muy peligrosos.

En el área rural los pobladores almacenan estas sustancias tóxicas en cualquier tipo de envase, sin embargo en muchos casos se guardan sin la información de “peligro” que son fácilmente confundidos.

El uso indiscriminado de pesticidas para prevenir, eliminar o controlar plagas es en la actualidad uno de los mayores problemas ambientales en Bolivia y el mundo, por los riesgos a la salud del hombre y los ecosistemas.

EFECTOS A LA SALUD

Los riesgos para la salud van desde un síndrome de Schun (afectación a los riñones), problemas gástricos, alergias, cáncer asintomático que aparece de pronto a causa de la sobreexposición o ingesta de estos productos sin resguardar las medidas de seguridad.

Estos productos son neurotóxicos, que causan daño a la piel, hígado y aumentan el riesgo de cáncer de mama como la esterilidad y daños al tejido nervioso, entre otros problemas que afectan la salud de personas que están expuestas a dichos pesticidas.

Estos químicos ingresan al organismo de las personas cuando éstas respiran el aire cerca de lugares que han sido fumigados, o beben agua contaminada directamente o a través de filtraciones, también al entrar en contacto con suelos contaminados o al trabajar en centros de producción.

La sobreexposición a estos agroquímicos organofosforados son absorbidos perfectamente por todas las vías (digestiva, mucosa, cutánea e inhalatoria), ya sea por ingestión accidental y/o inhalación pueden causar: mareos, dolor de cabeza, náuseas y malestar general, cólicos intestinales, vómitos, diarrea, estrechamiento de pupila, dificultades respiratorias y sudoración. El contacto con la piel puede ocasionar dermatitis y al contacto con los ojos causa irritaciones graves.

Entre los efectos que se puede esperar, especialmente en poblaciones infantiles expuestas a altos niveles de contaminación por plaguicidas, están el retraso en el desarrollo cognitivo, alteraciones en el comportamiento y malformaciones congénitas, mayor incidencia de leucemia infantil. Otras señales comunes en los niños, incluyen debilidad, debido a flacidez muscular, miosis y salivación excesiva.

Los niños a menudo presentarán un cuadro clínico un poco diferente al de los adultos. Algunas señales colinérgicas típicas, tales como bradicardia, fasciculaciones musculares, lagrimeo y transpiración son menos comunes. Convulsiones y cambios mentales, incluyendo el letargo y coma son más frecuentes de ver. Es necesario tener especial cuidado en los niños, ya que es frecuente el diagnóstico erróneo. Sumado a que los padres niegan inicialmente cualquier historial de exposición.

En personas adultas, una mayor exposición a estos productos aumenta la incidencia de varios tipos de cáncer (próstata y pulmón entre otros) y enfermedades neurodegenerativas, como párkinson y alzhéimer, y alteraciones en el sistema endocrino e inmunitario.

Las personas intoxicadas con organofosforados presentan: Síndrome neurológico: cefalea, vértigos, irritabilidad, parestesias, temblor, ataxia, disartria, confusión, depresión del sensorio, convulsiones, estado de coma, depresión del centro respiratorio y circulatorio a nivel bulbar.

Síndrome nicotínico: fasciculaciones, calambres, mialgias, palidez, taquicardia, hipertensión, debilidad, parálisis de músculos estriados, hiperglucemia, midriasis (inicial). Síndrome muscarínico: miosis, visión borrosa, bradicardia, hipotensión, sialorrea, broncorrea, broncoespasmo, tos y disnea, sudoración, lagrimeo, náuseas, vómitos, cólicos, diarrea, tenesmo, disuria, incontinencia urinaria y fecal.

Algunos de los síntomas iniciales más frecuentemente observados incluyen: dolor de cabeza, náusea, mareos e hipersecreción, la cual se manifiesta a través de la transpiración, salivación, lagrimeo y rinorrea. Espasmos musculares, debilidad, temblor, incoordinación, vómito, calambres abdominales y diarrea son síntomas que señalan el empeoramiento del estado de intoxicación.

La miosis es a menudo un signo útil para el diagnóstico y el paciente puede informar visión borrosa y/o pérdida de visión. La ansiedad y desasosiego son prominentes. Se han informado síntomas psiquiátricos incluyendo depresión, pérdida de memoria y confusión. La psicosis tóxica, manifestada como confusión o comportamiento extraño, ha sido diagnosticada erróneamente como intoxicación alcohólica.

Ante el contacto o consumo se debe acudir inmediatamente a un servicio médico de emergencia que cuente con una unidad de terapia intensiva por los daños que se ocasionan en los órganos. El personal de salud de cada departamento debe explicar cuáles son las causas de este tipo de insecticidas, debido a que por la producción se requiere de cierta precaución.

CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

La contaminación de los cuerpos de agua (especialmente ríos) por estos compuestos tóxicos, se produce por escorrentía (agua de lluvia que discurre por la superficie, que rebasa su depósito a cauces naturales) de riego en los campos de cultivo, llegando a los ríos más grandes a través de una red de arroyos existentes en la zona.

Estos compuestos no sólo quedan en el lugar donde son aplicados, sino que también son transportados a grandes distancias por el agua, permaneciendo en el ambiente y almacenándose en la grasa de los organismos acuáticos (como insectos y peces), pasando a los humanos a través del consumo de agua contaminada y por la cadena alimentaria.                       

Publicado el 01/06/2017

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